top of page
Hojas tropicales

​

​Gracias Pachamama

​

​​

Vivir con empatía, respeto, armonía y amor. Algo que muchas veces la sociedad de hoy se olvida de enseñar y muchas veces solo nos empuja hacia todo lo contrario. Yo lo viví y vi todo eso muy de cerca.

​

Ese desbalance fue lo que me llevó, casi por instinto, a buscar otras alternativas de vivir… y fue en la Madre Naturaleza donde encontré refugio. Ella me mostró una verdad que siempre estuvo ahí, pero que no podía ver entre tanto ruido. Así comenzó este viaje…

Y hoy me pregunto:
¿Cuándo fue que nos alejamos tanto de la Naturaleza? ¿Podemos sanar el daño que le hacemos… y que también nos hacemos entre nosotros?

​

Yo creo que sí. Y la respuesta está dentro de cada uno.
Todo depende de uno mismo. Nadie puede caminar esto por ti. 
Y cuando aceptamos nuestra responsabilidad y nuestra parte,

es donde empieza el verdadero cambio.
 

WhatsApp Image 2025-07-23 at 22.23_edited.jpg

Un poco de cómo llegué hasta aquí 

​

Desde niño amaba el arte, la música y el deporte. Nunca fui a la universidad, preferí explorar diferentes caminos: el diseño grafico, luego estudié cocina, fui chef por casi ocho años en Perú y en el extranjero. Aunque logré cierto éxito material, algo me faltaba… ¿De qué sirve todo eso si sientes que se pasa la vida, no vives  y NO estas en paz?

​

Fue el océano y el surf lo que me conecto con la naturaleza. En esos momentos de silencio y soledad en el mar frio del pacifico a veces rodeado de lobos marinos y delfines empezaron a surgir preguntas profundas: ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Para que es esta vida? Buscaba respuestas, a veces haciendo cosas por rebeldía, otras solo para escapar.

​

En el 2005, trabajando en la Amazonía, conocí a la madre de las plantas maestras, la Ayahuasca. Esas primeras ceremonias cambiaron mi vida. Me mostraron que hay un camino más profundo y real, y que el trabajo más grande es hacia adentro. Empezó ahí una búsqueda que no ha parado.

​

Después de años como chef y con mi salud física y emocional debilitada, decidí soltar todo. Con miedo, pero con fe, dejé mi profesión. Volví al mar, luego a la selva. Confié, y las señales me guiaron a Cusco, lugar donde siento que ya pase varias vidas y lugar donde ahora me convertiría en guía de rafting y luego de caminatas, viviendo al aire libre, explorando, y conociendo a personas de todo el mundo. Ese periodo fue como un sueño haciéndose real, periodo que tampoco fue fácil pero ya tenia mucho sentido además de traerme una alegría inmensa cada día. Este periodo también me mostro la delgada linea que divide la vida y la muerte. Una dinámica de la existencia de la que no tenemos ningún control.

​

Un día, por “casualidad” justamente la semana que empecé mi entrenamiento en el rio entré a mi primera clase de yoga… fue difícil para mi mente combustionada pero al final de la clase pude reconocer el efecto y beneficio que le trajo a mi Ser y así empecé a asistir a ese estudio frecuentemente después de mis días de rio, y años después me formé como profesor, sin imaginar que algún día compartiría esta práctica con otros.

 

También seguí trabajando con las plantas maestras, haciendo dietas, ayunos, retiros en silencio… procesos duros pero profundamente transformadores durante esos años. Procesos dentro de la foresta de los que estaré eternamente agradecido por haberme mostrado el aspecto místico de la existencia y por todo lo que vi y viví ahí.

​

Hoy me siento en equilibrio: entre la selva, la montaña y el mar. Me siento fuerte, sano y agradecido. Todo lo que viví me enseñó que este camino es mi medicina, y ahora la comparto desde el corazón.

Comparto lo que me ha ayudado a sanar: yoga, naturaleza, surf, caminatas sagradas, plantas maestras y retiros. Porque creo que es momento de volver a lo esencial, a lo simple: a la Tierra, al alma, a la respiración consciente, a lo sagrado.

​

Este viaje no ha terminado y se que aun hay mucho por recorrer, pero hoy mi corazón

me dice: comparte. Porque estamos vivos, y la vida es para eso… para dejar algo bonito, verdadero y útil al mundo.

​

​

​

"Si estás leyendo esto, quizá también sientas ese susurro del alma...Ese llamado silencioso que viene del mar, del viento, de la selva. No estás perdid@, solo estás recordando. Tu camino es sagrado, aunque a veces duela. Confía en tu pulso, en tu paso, en tu intuición. Que no viniste a sobrevivir… viniste a florecer. Y si te caes levántate! vuelve al río, a la montaña, al fuego interior. Ahí siempre estará tu verdad, esperándote."

OM GURAVE NAMAHA

¨Honro y agradezco a mis primeros maestros (mis padres)

y a todos mis maestros que me sacaron de la ignorancia a la claridad, de la oscuridad a la luz.

Y por mostrarme el camino hacia mi maestro interior.¨

​

​

Creado por Ayni - Vive Yoga Naturaleza 2025   © Copyright

bottom of page